Bosquejo de la semana del 20 al 25 de julio dfel 2015
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El Discipulado Responsable
19 Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 20 Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos». Mateo 28:19-20 NTV
Introducción: En la biblia aprendemos sobre un personaje llamada Ester. Ella era una mujer judía que fue elegida como esposa del Rey Jerjes y como reina de Persia. Dios la puso en lugares de influencia y le dio favor con el rey para que salvara al pueblo judío de una exterminación. A Ester nunca se le olvido porque Dios le había dado influencia; la Palabra nos enseña que ella tuvo que esconder su identidad judía, porque los judíos no eran aceptados en Persia, pero aun así ella arriesgó su vida, posición y reputación por la salvación de su pueblo. Durante nuestro caminar con Dios, a veces nos olvidamos la razón por la cual Dios nos ha dado influencia. Recordemos que en esta tierra estamos para cumplir un propósito celestial destinado en un tiempo específico que solamente nosotros podemos lograr. La llave es: “no olvidar porque Dios nos ha dado influencia.” Hoy vamos a aprender sobre el discipulado responsable, que es durable para toda la vida y lo que necesitamos para sostenerlo en nuestras vidas.
1. Carácter de Cristo (2 Timoteo 2:2)
a. Hay tres cosas que se necesitan para desarrollar el carácter de Cristo: propósito, carácter y visión. Es necesario entender y enfocarnos en nuestro propósito. Nuestro propósito está escrito en Mateo 28:19-20 de donde viene nuestra misión y visión; es nuestro deber levantarnos como Ester lo hiso para guiar y defender al pueblo de Dios. El carácter de Cristo y la visión se forman cuando tomamos la decisión de tener fe y obedecer su llamamiento.
b. “Idoneidad significa los dones y talentos dados por Dios que nos capacitan para cumplir nuestro propósito.” Muchos no han descubierto sus dones y talentos y es por esa razón que no conocen su propósito. Todos tenemos por lo menos un don y talento que es útil para servirle a Dios; no existe ningún ser humano que no tenga el potencial para servirle a Dios y hacer una diferencia en este mundo. Somos amados, y porque somos amados somos llamados, y porque somos llamados somos bendecidos.
c. “La fe refleja el carácter.” El carácter no se debe de confundir con el temperamento. Los temperamentos son heredado de los padres, pero el carácter de cristo es formado en nosotros. El carácter es: como uno reacciona cuando está bajo presión o cuando está pasando o enfrentando una situación difícil. Es necesario que el carácter sea probado, porque sólo de esta forma se puede afinar y parecer más a Cristo.
d. “Lo que escucha determina su carácter.” Si uno está escuchando cosas negativas entonces el carácter será negativo y si uno está escuchando cosas positivas entonces el carácter será positivo. Es muy importante cuidar lo que escuchamos porque la palabra dice en Romanos 10:17 que, la fe viene por el oír. La fe y el oír tienen el potencial de desarrollar el carácter de Cristo.
2. Fe, Amor y Oración (Efesios 1:15-20)
a. La fe, amor y oración deben de estar arraigadas en la iglesia de Cristo para mantener un discipulado responsable. El discipulado es una relación entre el maestro (el que discípula) y el estudiante (el discípulo), y llegar al momento donde el discípulo tendrá que depender completamente de Dios.
b. La fe, amor y oración, hacen que un espíritu de sabiduría y revelación se derrame. La fe: es el ancla que nos guarda y que nos lleva a nuestro propósito para cumplir nuestra misión, y ser personas exitosas, San Marcos 11:24. El amor: es cuando vemos a las personas como Dios los ve. 1 Corintios 13:7, es ver a nuestros hijos o familiares, no convertidos como alcaldes, presidentes, pastores, apóstoles, profetas etc. entendiendo que la verdad de Dios sobrepasa la realidad que vemos en lo natural. La oración: debe ser lo primordial en nuestras vidas e iglesia, porque es allí donde damos a luz a muchas respuestas, y de rodillas ganamos las batallas más grandes. La oración es el fundamento que sostiene y activa la iglesia; es lo que trae la intervención repentina de Dios.
c. Aunque estas tres cosas son esenciales para mantener un discipulado responsable y perdurable, también es muy importante la decisión de la persona. Hay cosas que Dios no puede hacer por nosotros, hay cosas que nosotros debemos hacer. Por ejemplo, una persona no se puede levantar enfrente de un espejo y decir, “En el nombre de Jesús me lavo los dientes, me baño y me cambio la ropa…amen.” Lavarnos los dientes y cambiarnos es decisión propia y es algo que Dios no hará por nosotros. Así también es nuestra decisión permitir que el Espíritu Santo forme el carácter de Cristo en nosotros.
3. Renovar Nuestra Mente (Efesios 4:22-23)
a. No es en la mente del hombre que seremos renovados si no en la mente de Cristo. La mente de Cristo se forma en el ser humano cuando aprende a recibir “fe” a través de su espíritu, y no su razonamiento. El hombre razona que el obtener el carácter de Cristo es un proceso lento, ¡cuando Dios espera que nosotros tomemos la decisión de actuar y pensar como Cristo ahora!
b. ¿Si Dios es el Alfa y Omega, porque dice en Mateo 28:20, “…estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos.”? Porque Dios se está refiriendo al “sistema” que gobierna a la gente de estos tiempos. En griego fin se dice “telos” y esto significa sistema. Esto nos revela que Dios está hablando del fin del sistema mediocre que gobierna los pensamientos del hombre. Dios desea que nosotros terminemos ese “proceso” y que nos actualicemos ahora en el carácter de Cristo.
c. “Mente = mis acciones son los resultados de mis pensamientos.” Proverbios 11:30, nosotros necesitamos pensar como un guarda espaldas, que protege la cosecha de almas que Dios nos ha confiado. La herencia espiritual y tangible está en nosotros para empoderar al creyente en el reino de Dios.
Oracion Del Pecador
Señor Jesus reconozco que he pecado y que tu moriste por mí. Hoy me arrepiento y te pido perdón. Te entrego mi vida y mi corazón para que seas mi Señor y Salvador personal, amen.