BOSQUEJO: LA IMPORTANCIA DEL CUIDADO DE OTROS
Bosquejo de la semana del 3 al 8 de noviembre del 2014
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LA IMPORTANCIA DEL CUIDADO DE OTROS
Preguntas:
• ¿Por qué debemos de cuidar los recién convertidos?
• ¿Qué entienden ustedes por la palabra conectar?
• ¿Cómo podemos ofrecer cuidado a otras personas que apenas conocen de Cristo?
Proceso: ACFC
A: Alcanzar (ganar a otros para Cristo)
C: Conectar ( cuidar del nuevo creyente)
F: Formar
C: Crecer
(LA CONEXIÓN)
1 Pedro 5:2 (DHH)2 Cuiden de las ovejas de Dios que han sido puestas a su cargo; háganlo de buena voluntad, como Dios quiere, y no forzadamente ni por ambición de dinero, sino de buena gana.
INTRODUCCIÓN: Así como un bebé cuando nace necesita cuidado, protección y alimento para poder vivir y crecer, un recién nacido espiritual también necesita cuidado para poder crecer espiritualmente, madurar en su fe y cumplir el propósito de Dios. Hoy aprenderemos la importancia de darle cuidado y conectar a cada persona que entrega su vida a Cristo:
I. EL APÓSTOL PABLO FUE CUIDADO Y FUE CONECTADO CON LA IGLESIA: (Hechos 9. 1 – 9):
a. Pablo quien había sido perseguidor de la Iglesia tuvo un encuentro con Jesús en el camino a Damasco mientras se dirigía a encarcelar y perseguir a los cristianos. Ese encuentro lo dejo ciego, impactado y necesitado de dirección.
b. Al tercer día, el Señor ordenó a Ananías, cristiano de origen judío, que se dirigiera a Pablo y que le impusiera las manos para que recibiera la vista. Ananías dudaba, porque temía al perseguidor. El Señor le dio seguridad, revelándole que Pablo había sido advertido por una visión, y Ananías obedeció. Saulo confesó su fe en el Señor Jesús, recobrando la vista y recibiendo el bautismo. (Hechos 9. 10 – 19):
c. Pablo tuvo un encuentro con Jesús y de inmediato su vida fue transformada. Paso de ser el perseguidor de la iglesia, a ser un mensajero de la Palabra de Jesús. Pero Ananías fue pieza clave para que Pablo fuese consolidado como creyente, él le dio el cuidado que Pablo necesitaba para que cumpliera su propósito en Dios y fuese conectado con la Iglesia de Cristo.
II. TODOS REQUERIMOS DE CUIDADO, ALIMENTO Y ATENCIÓN
a. Cuando una persona decide recibir a Cristo como su Salvador personal, se produce el milagro del nuevo nacimiento (Juan 1:12). Podemos decir que esa persona es como un bebé espiritual y naturalmente un bebé debe recibir cuidado, protección, alimento y además hacer ejercicio para lograr un desarrollo espiritual adecuado, dejarlo sin atención y alimento, equivaldría a la actitud de una mujer que dando a luz un a hijo lo abandone y se descuide de él.
b. Un bebé espiritual debemos visitarlo, llamarlo, traerlo a la Casa de Paz, invitarlo a la iglesia para que sea alimentado con la Palabra de Dios, debe recibir cuidado en sus problemas y debilidades. Así como Pablo es muy importante que el recién convertido sea conectado a Dios y a la Iglesia de Cristo, para que pueda fortalecerse, madurar y crecer en su fe y propósito.
III. LA IMPORTANCIA DE LA CONEXIÓN
a. El propósito de la conexión es que los creyentes permanezcan en el Señor. Cuidarles les afirma en su decisión de recibir a Jesús, y velar por sus necesidades, hasta que maduren en su fe y puedan ellos cuidar de otros.
b. Jesús cuidó de aquellos que ganó, personalmente los cuidó y veló porque su fe se afirmara. Ejemplos:
• A Pedro y Andrés: Jesús los llamó a seguirlo y luego lo vemos en casa de ellos sanando a la suegra de Pedro .
• Mateo. Cenó con él esa misma noche en su casa y hasta compartió con sus amigos
• Zaqueo: Estuvo en casa de él y lo llevó al arrepentimiento y cambio genuino.
Conclusión: Conectar es cuidar al nuevo creyente a través de orar por él y sus necesidades, llamándolos y visitándolos, ocupándose de sus vidas y velando para que permanezcan y sean bendecidos. Buscarle y asignarle una CDP para que conviva con hermanos y reciba discipulado, palabra, oración y alimento.
ORACIÓN DEL PECADOR
Señor Jesús reconozco que he pecado y que tú moriste por mí, hoy me arrepiento y te pido perdón. Te entrego mi vida y mi corazón para que seas mi Señor y mi Salvador, amén.