Ícono del sitio Aguilas Centro Familiar Cristiano

BOSQUEJO: LO QUE OYES Y LO QUE DICES Y TU FE

Semana 4 al 9 Noviembre

Descargar en PDF


Por eso, temamos a Dios mientras tengamos todavía la promesa de entrar en su reposo, no sea que alguno de ustedes parezca haberse quedado atrás. 2 Porque la buena nueva se nos ha anunciado a nosotros lo mismo que a ellos; pero de nada les sirvió a ellos el oír esta palabra porque, cuando la oyeron, no la acompañaron con fe. RVC

Introducción: Cuida lo que dices y oyes. En 20 años algunos dirán soy lo que soy lo que la Palabra de Dios decía, o dirán soy lo que soy porque decidí no escuchar lo que me decían en la iglesia. Algunos vivirán en abundancia porque decidieron creer la Palabra de Dios, algunos vivirán con escasez porque decidieron no creer a la palabra De Dios

1. LA PALABRA DEBE SER OÍDA CON FE. Hebreos 4:1-2

a. La palabra de Dios no solo debe ser oída, sino que debe acompañarse con la fe. Muchos oyen la Palabra pero dudan de ella.

b. Mucha gente escucha un mensaje, pero lo hacen con desconfianza, y por eso no reciben lo que Dios tiene para ellos. Vienen con ideas preconcebidas porque escucharon un mal comentario o una crítica y por eso la semilla no cae en el corazón y no se hace vida.

2. LA PALABRA DEBE SER HABLADA CON FE. Marc. 11:12. Mar. 11:20

a. Jesús le habló a la higuera porque no tenía fruto, esa higuera representa a cristianos que parecen cristianos pero no tienen fruto, se visten como cristianos, buena apariencia, usan palabras religiosas, cargan su Biblia debajo del brazo, se ven como árboles bonitos, pero no tienen fruto, ejemplo: cuando Dios les pide algo no tienen nada que dar, dan mal testimonio, roban tiempo o material en sus trabajos, no están disponibles para hacer lo que Dios les pide.

b. Debemos de hablar de acuerdo a la Palabra de Dios: si la Biblia dice que eres sano, no sigas diciendo “mi enfermedad, mi diabetes, mi pobreza, mis problemas”. Ya no diga mi esposo no tiene remedio, mis hijos son brutos, esa ovejita no va cambiar, mi líder no es bueno, nunca voy a salir de la pobreza, no mate su matrimonio, no mate los sueños de sus hijos.

c. Cuando decimos “mal”, mal sucede, muchas veces hablamos mal después de escuchar una buena enseñanza, matamos la fe, no aprovechamos la Palabra porque no la acompañamos con palabras de fe y lo que iba a dar fruto se seca y se echa a perder.

3. LO QUE DICE DIOS… 1 Reyes 17:4

a. Lo que diga el Señor se cumple: cuando Dios quiere bendecirnos Él usará hasta a nuestros enemigos para hacerlo, puede haber gente que nos ha criticado, nos ha hecho la vida difícil, pero no pelees más bien ora por ellos, no importa sin son cuervos, aun a nuestros enemigos harán que estén en paz con nosotros.

4. LO QUE DICE EL PROFETA… 1 Reyes 17:8 -23

a. El profeta dijo “no tengas miedo”, porque Dios ha dicho la harina no escaseara, nada te faltara. Cuando hacemos lo que Dios nos pide, no tendremos falta de ningún bien.

b. Algunos hubieran dicho: “mira ese profeta (pastor) quitándole el último bocado a una viuda. En nuestra lógica eso no tiene sentido, pero en la lógica de Dios si lo tiene.

5. LO QUE DICE LA VIUDA (lo que digo yo) 1 Reyes 17: 12

• Después de la provisión sobrenatural ocurrió algo que la viuda no esperaba, su hijo enfermó y murió. Y ella fue al profeta preguntándole ¿por qué? No es justo lo que me pasa.

• El profeta oró por el niño y el niño vivió. Pero hay algo que se había pasado por alto, las palabras que ella había hablado antes, donde hablaba de dejarse morir ella y su hijo, y lo que ella habló eso ocurrió.

• A veces no tenemos la fe para hablar vida, salud, abundancia, libertad, gozo, pensamos que es para otros y hablamos lo contrario, y aunque los planes de Dios son de bien, ocurre lo que nosotros declaramos y llamamos.

Conclusión:
Cambia tu forma de hablar, habla de acuerdo a la Palabra, escucha la Palabra y deja que la voluntad de Dios se cumpla en tu vida. Acepta a Cristo como Señor y Salvador.

ORACIÓN DEL PECADOR
Señor Jesús reconozco que he pecado y que tú moriste por mí, hoy me arrepiento y te pido perdón. Te entrego mi vida y mi corazón para que seas mi Señor y mi Salvador, amén.

Salir de la versión móvil